Filósofo ítalo-argentino de orientación socialista, marxólogo y helenista de relieve internacional.

Formado en el clima filosófico de crítica del positivismo y en un contexto político signado por la lucha entre el socialismo reformista y el “sindicalismo revolucionario” que va a zanjarse a favor del primero en el Congreso de Firenze del PS de 1908, Mondolfo despliega entre 1906 y 1909, a través de una serie de artículos en Critica sociale, Rivista di filosofia y Rivista filosófica, una crítica del objetivismo economicista y del catastrofismo revolucionario, presentando en cambio al materialismo histórico como el producto de una gran tradición de pensamiento humanista que remonta a los albores de la modernidad. Dado que su hermano está estrechamente vinculado al dirigente socialista Filippo Turati, Rodolfo Mondolfo comienza a colaborar en 1903 con la clásica revista del socialismo italiano Critica Sociale, que dirige Turatti. 

Cuando en 1938 el gobierno de Benito Mussolini coloca a Italia en la órbita de las leyes raciales que prohíben dictar cátedra a los judíos, Mondolfo resuelve emigrar. Acude entonces al socialista argentino Marcelino Punyet Alberti, que había entrado en correspondencia con él dos años atrás para traducir su Feuerbach y Marx para la editorial Claridad. Alberti, con el apoyo del diputado socialista Alfredo L. Palacios, consigue que el italiano pueda arribar a Buenos Aires en mayo de 1939, junto a su mujer y sus tres hijos (Mondolfo se había casado en 1907 con Augusta Algranatti, que también provenía de un hogar judío, y que se recibiría de médica tiempo después). 

Aquí Mondolfo se vincula al socialismo argentino y colabora eventualmente en La Vanguardia, pero no se integra a sus filas ni vuelve a desarrollar una actividad militante. Se consagra a la docencia universitaria y a la investigación en torno a los estudios clásicos, aunque en la década de 1960 retoma su producción teórica en torno a Marx y el marxismo. Desde su arribo al país dicta conferencias en el Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES). Pero a pesar de su renombre internacional y de las gestiones del decano Coriolano Alberini, no logra ingresar como docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. 

Primeramente tuvo que enseñar lengua griega en la Universidad Nacional de Córdoba (donde se desempeñó entre 1940 y 1947), hasta que logró pasar a la enseñanza de la filosofía. En 1948 es convocado a la Universidad de Tucumán, donde dicta cátedra de historia de la filosofía antigua y dirige el Instituto de Filosofía. En 1949 participa del Primer Congreso Nacional de Filosofía reunido en Mendoza, con la ponencia “El hombre como sujeto espiritual en la filosofía antigua”. En 1950, en Tucumán, fallece su mujer Augusta, con quien había traducido del alemán la Ciencia de la Lógica de Hegel (Buenos Aires, Hachette, 1956) y Mondolfo se instala definitivamente en Buenos Aires. Las editoriales argentinas y latinoamericanas que acogen sus nuevas obras y reeditan las de su etapa italiana son Imán, Hachette, Losada, FCE, EUDEBA y Siglo XXI. 

En 1942 aparecen los dos volúmenes de su obra El pensamiento antiguo, que Francisco Romero incluye en la Biblioteca Filosófica de la Editorial Losada y que se convierten desde entonces en obra de referencia. En 1956 Editorial Raigal publica una nueva traducción castellana de su obra sobre el pensamiento filosófico de Engels. En la década de 1960 y principios de la de 1970 EUDEBA lanza su cuadernillo Sócrates y otros libros breves de Mondolfo en grandes tiradas y a precios populares. En 1966 la editorial Siglo XXI lanza su Heráclito, el primer libro de su catálogo. 

Colabora en las principales revistas argentinas de pensamiento como Dialéctica, Sustancia, Sur, Babel, Imago Mundi, Insula, Minerva, etc. Dirige desde la Argentina colecciones filosóficas para las editoriales italianas Nuova Italia de Florencia y Cappelli de Bologna y continúa sus colaboraciones regulares en las revistas italianas: en la nueva etapa de Critica Sociale así como en Il Ponte (Firenze), Il Dialogo (Bologna), La Cultura (Roma), etc. 

Revista la Biblioteca, Biblioteca Nacional de la República Argentina

Género que hace peligrar los géneros y está siempre él mismo en peligro. Esta
es la cuestión que presentamos en los artículos de esta revista, como contribución al examen siempre
necesario de la angustia que deja esa fatal incoincidencia entre lo que se alberga como tema y el modo
en que se lo expresa. Esta revista, La Biblioteca, la fundó Groussac y la retomó Borges. No se plan-
tearon exactamente los problemas que aquí reseñamos, pero nos solicitan en la módica expectativa de
no ser infieles a los rumbos de la crítica hacia la que ellos mismos arrojaron sus lanzaderas.

Horacio González
Director de la Biblioteca Nacional

Articulo: Huella de Mondolfo

Autor : Tatian, Diego

Resumen

Si bien Mondolfo es mundialmente reconocido sobre todo por sus estudios del pensamiento antiguo -que se intensifican durante su estancia en Córdoba-, este giro de orientación hacia la filosofía griega es relativamente tardío (data de un artículo de 1925 sobre Veritas filia temporis in Aristóteles), motivado tal vez por la dificultad de continuar el trabajo académico sobre el pensamiento marxista bajo el régimen mussoliniano. Sin embargo, el interés por el pensamiento de Marx acompaña durante toda la vida al uomo di cultura desterrado, según una comprensión del trabajo intelectual renuente a cualquier reducción especialista . La posición de Mondolfo dentro del marxismo italiano desarrolla pues una ?filosofía de la praxis? que acentúa una dimensión historicista y reformista en la lucha política emancipatoria de la clase obrera, y se opone desde muy temprano -desde el triunfo mismo de la Revolución de Octubre- al leninismo y al bolchevismo. La versión moldolfiana de la filosofía de la praxis rompe con toda interpretación determinista de los escritos marxianos y con toda comprensión de la historia como un proceso ineluctable autónomo de la praxis concreta de los hombres. El presenta trabajo explora algunos aspectos de la obra filosófica mondolfiana y la huella que dejara en la dilosofía argentina tras su exilio en nuestro país en 1939.

Diego Tatián es doctor en filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba y diplomado en ciencias de la cultura por la Scuola di Alti Studi Fondazione Collegio San Carlo di Modena (Italia).

Ha sido director de la editorial de la Universidad Nacional de Córdoba ente 2007 y 2011 y Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la misma Universidad entre 2011 y 2017.

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